Enclavado dentro de la cordillera de las Montañas de Wicklow, al sur de Dublín, podemos encontrar un lugar que no parece real, sino que da la impresión de que ha sido puesto ahí de manera artificial. Hablamos del Lago Guinness (oficialmente llamado Lough Tay), un lago de aguas oscuras que parece una pinta gigante de cerveza negra, de ahí su nombre “no oficial”.
Y es que, como podemos apreciar en la foto de aquí abajo, la caprichosa naturaleza ha hecho que el lago sea una perfecta pinta de cerveza “stout” (cerveza negra para entendernos), tanto por la forma del propio lago, como por la oscuridad de sus aguas (debido a la alta concentración de hierro en ellas), como por la parte arenosa de uno de sus laterales que simula la espesa espuma de una Guinness.
Cuanto más arriba de la montaña subes, más impresionantes son las vistas del Lago Guinness. Un lugar muy recomendable, y a solo una hora en coche desde Dublín.
Algo a tener en cuenta, al ser una zona bastante concurrida por los turistas (aunque es tan grande que en ningún momento tienes la sensación de aglomeración), hay que tener cuidado con las pertenencias. Cuando lo visitamos, nos llamó mucho la atención, ya de subida por las Montañas de Wicklow con el coche, las continuas señales de tráfico alertando a los visitantes de robos que podían producirse en las inmediaciones, incluso con señales explícitas de roturas de las ventanillas del coche.
No obstante, en general es una zona segura y en nuestro caso no tuvimos ningún tipo de percance, incluso dejando el coche fuera de nuestras vistas en los aparcamientos habilitados.
Las Montañas de Wicklow
El Parque Nacional de las Montañas de Wicklow es uno de los 6 parques nacionales que existen en Irlanda. Destaca por su gran belleza, y es popularmente conocido como “el Hollywood de Europa”, ya que aquí se han grabado escenas de películas tan conocidas como Braveheart, El Conde de Montecristo o El Rey Arturo.
Al ser un área salvaje, entre sus distintos paisajes no es raro ver corretear a ciervos o cabras entre otros animales.
Si prefieres algo más relajado, puedes llegar hasta el valle de Glendalough, que en gaélico significa “el valle de los dos lagos”, donde nos encontramos con las ruinas del Monasterio de Glendalough, construido en el siglo VI.
Tanto el Lago Guinness como todo el entorno de las Montañas de Wicklow son una excursión obligada si te encuentras en las inmediaciones de Dublín, ya que te vas a encontrar con uno de los parajes naturales más bonitos de toda Irlanda. No te lo pierdas.